Con el título Bautizados para ser peregrinos de Esperanza el cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, dirige su Carta Pastoral para el inicio del curso en la archidiócesis de Madrid, destacando la importancia de vivir este nuevo ciclo como una oportunidad para profundizar en nuestra fe y en la misión evangelizadora. A lo largo del texto, el cardenal expone las principales líneas de acción que guiarán el curso, centradas en tres elementos clave: el acompañamiento del proceso sinodal, el impulso del Año Jubilar con el tema Peregrinos de Esperanza, y la reflexión sobre la vocación del laicado a partir del sacramento del bautismo.
El contexto de «cambio de época» que atraviesa la sociedad, descrito por el Papa Francisco, subraya la necesidad de conversión constante y de discernimiento, para que la Iglesia pueda ser luz y guía en un mundo que experimenta profundos cambios sociales y culturales. Además, se destaca la importancia de promover comunidades cristianas significativas, que vivan en comunión y sean capaces de mostrar el rostro de Cristo en medio de las dificultades actuales.
El arzobispo de Madrid también alerta sobre las «actitudes que pueden impedir avanzar», como el individualismo, el pesimismo, la falta de sinodalidad o el miedo al cambio. Frente a estas tentaciones, invita a mantener una actitud de apertura y disponibilidad, guiada por el Espíritu Santo, para ser auténticos testigos de la fe y la esperanza en el mundo actual.
Finalmente, en el documento, al que se le añade un anexo, ofrece unas líneas prácticas de actuación para este curso, como la planificación de las acciones pastorales, el fomento de la vocación laical y el impulso de la misión evangelizadora en los distintos espacios eclesiales.
Ejes principales
Acompañamiento del proceso sinodal: La comunidad está llamada a participar activamente en este camino, a través de la oración, la reflexión y el seguimiento.
Año Jubilar: Este tiempo es una oportunidad para profundizar en la fe, participando de los sacramentos y obras de misericordia, subrayando la esperanza como virtud fundamental.
Vocación del laicado: Continuando con el camino pastoral iniciado el año anterior, se reflexiona sobre el rol y la misión del laicado, destacando su importancia como fruto del bautismo. El cardenal reflexiona también sobre el cambio de época que vivimos, marcado por incertidumbres y desafíos globales. Llama a una conversión personal y comunitaria, promoviendo la creación de comunidades cristianas comprometidas con el testimonio misionero y el discernimiento.
Actitudes a evitar: Señala ciertos peligros que obstaculizan el avance, como el individualismo, la autorreferencialidad, el pesimismo o la superficialidad espiritual, que deben ser combatidos a través de una vivencia auténtica de la fe, la esperanza y la caridad.
Acciones concretas: Se proponen líneas prácticas para el curso, como la planificación de actividades que fomenten la misión diocesana, la revitalización de los consejos pastorales y la promoción de la identidad del laicado. Finalmente, el Cardenal nos invita a ser «peregrinos de esperanza», confiando en que Dios nos guía en medio de la historia y renovando nuestra misión de llevar el Evangelio a los más necesitados.
Anexo al final de la carta
La carta pastoral incluye un anexo que complementa las ideas desarrolladas, ofreciendo líneas prácticas de actuación. Este anexo propone guías para planificar actividades en comunidades y parroquias, renovar el sentido del laicado y revitalizar órganos sinodales, entre otros.
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